La cuchara debe ser de metal o plástico, pequeña y no muy profunda. Es fundamental que la cuchara se adapte a las dimensiones de la boca y a la forma de las encías y de las arcadas dentarias del paciente. Los bordes de la cuchara no deben tener filo y la espátula debe ser poco profunda, con un arco regular. Todo ello, para facilitar el contacto de los labios con el fondo y un barrido labial eficaz, lo que supone una buena retirada del alimento de la cuchara. En el caso del uso de una cuchara de metal, la información que recibirá el paciente será mayor.
En el centro Ficen, se valora el tipo de utensilio adecuado para una alimentación segura y eficaz.